Puma: El gato más grande de Chile
Más grande que cualquier otro felino de nuestro país, el Puma (Puma concolor) es el segundo felino más grande de América, después del Jaguar (Panthera onca), y el cuarto en tamaño a nivel mundial, cuyo primer lugar lo recibe el Tigre (Panthera tigris), seguido del León (Panthera leo). El Puma, también denominado Trapial o Pangui (según su género) por el pueblo mapuche, presente en diferentes hábitats, que incluyen cordillera, precordillera y bosque nativo, además de otros tipos de bosque y desiertos montañosos, habita en cada región de Chile continental.
Miguel Fuentealba (c)
Conocido también como León de Montaña y León Americano, se reconoce fácilmente por su cabeza redondeada y su pelaje sin manchas, a excepción de sus cachorros que presentan manchas negras en sus primeros meses de edad. De sus 6 subespecies distribuidas en América, en Chile y el sur de Argentina se encuentra 1 presente, Puma concolor puma, descrita por Juan Ignacio Molina en el año 1782.
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Famoso en redes sociales por sus bellas fotos y videos, pero también por verse envuelto en conflictos con seres humanos, como lo es la caza y captura ilegal, motivadas por ser considerado un depredador perjudicial para la ganadería. Es importante que la población esté al tanto de que el Puma no es un animal agresivo con las personas, y que es un felino esquivo que sólo busca alimento para sí o para sus crías, y que, por tanto, el conflicto entre pumas y ganaderos, surge en gran medida por la pérdida y degradación de su hábitat. Esta última situación se evidencia en sus recientes avistamientos en lugares habitados por personas.
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Otras de las amenazas que sufre esta especie son el ataque de perros, los atropellos y la transmisión de enfermedades desde animales domésticos.
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Lo cierto es que su presencia es muy beneficiosa para mantener el equilibrio de los ecosistemas naturales, pues al ser carnívoro controla plagas, como especies introducidas de lagomorfos (conejos y liebres), ciervos (dama y rojo) y jabalíes. Razón para sumarse a conocerlo y ayudar a su conservación.
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Es posible ayudarlo y evitar conflictos entre la especie y las personas, en primer lugar conociendo tanto a la especie como los problemas que la aquejan, y en segundo lugar, generando instancias de trabajo conjunto entre la comunidad y las autoridades, potenciando la educación ambiental, mejorando la infraestructura (cercos anti-depredadores) y los mecanismos de protección del ganado doméstico (ej. perros pastores), fomentando la tenencia responsable de mascotas, y finalmente incentivando la participación ciudadana para la creación de nuevas políticas de conservación. El llamado es a no esperar que esta maravillosa especie esté en peligro de extinción para protegerla. Súmate a esta importante labor y comparte este artículo.
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Por María José González Sandoval